¿QUÉ ES LA MASONERÍA?
Partimos de una aproximación a la definición del
término masonería. Así, la Real Academia de la Lengua la ha definido como una
«asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua,
usan emblemas y signos especiales y se agrupan en entidades llamadas logias»[1].
La masonería, tal como la conocemos hoy en día, es
una organización que tiene su origen, en cuanto a la forma, su composición,
criterios de admisión, medios de reconocimiento y estructura organizacional, en
las agrupaciones de albañiles, constructores, orfebres, artesanos, destaca la
de los canteros, la cual cuenta con una de las mejores organizaciones en
cofradías o gremios formados por aquellos operarios que alcanzaban las
habilidades requeridas para el oficio de la construcción de Catedrales,
Castillos, Palacios y otro tipo de obras públicas durante la Edad Media.
El conocimiento de las técnicas de construcción era
celosamente guardado en secrecía al interior de los talleres y les estaba
prohibido revelar los secretos profesionales de su oficio.
La filosofía masónica, recoge la Tradición de
escuelas iniciáticas en el Arte Real cuyo beneficiario es el Hombre que, desde
la más remota antigüedad, lo han llevado a la búsqueda constante de la
respuesta a tres preguntas fundamentales de la esencia humana ¿De dónde
venimos? ¿Quiénes somos? y ¿A dónde vamos? al tiempo que devela los más
secretos arcanos de la naturaleza. Es decir, busca que en la transmisión de esa
tradición, se evidencie una sincera
inquietud por el conocimiento que lleva hacia lo que nos trasciende, hacia lo
que hay tras meras apariencias físicas y mentales del mundo en el que vivimos,
como requisito previo a toda labor en beneficio del verdadero desarrollo social.
Lo secreto es, un su dimensión filosófica, algo
velado a lo que no se puede acceder fácilmente y que el Arte Real o Realización
Personal desvela gradualmente a los que buscan la verdad, con la convicción de
mejorar en lo moral y material. Su misión es la de estudiar desinteresadamente
todos los problemas que conciernen a la humanidad.
Es cierto que hay en la historia de la masonería,
particularmente en nuestro país, logias cuyos miembros le dan la razón a
quienes consideran que en nuestras filas se practican ritos satánicos o que
somos una especie de poder internacional que sólo tiene por objeto incorporar a nuestras filas
a los oportunistas que buscan hacerse de un cargo público y sin escrúpulo
alguno, obtener beneficios y prebendas y a los incautos, para el logro de las conspiraciones
secretas de una organización criminal global, que tiene el control de los sistemas político,
económico y de los medios de comunicación.
La masonería en México está infiltrada por aquellos
que buscan hacerse del poder dentro y fuera de la orden. Dicha situación ha
provocado que la masonería en nuestro país sea una de las más fragmentadas y
desorganizadas, ya no sólo por la multiplicidad de ritos que se practican en el
mundo, sino por las irreconciliables diferencias y antagonismo entre grupos de
poder.
Hay quienes dicen que los masones somos hombres
alienados y que mediante nuestros juramentos somos intimidados y aterrorizados
con las terribles y espeluznantes venganzas, si intentamos traicionarlos o
salirnos de sus filas.
Desde el momento de mi iniciación en la Orden he
tenido la fortuna de ver y percibir que quienes me rodean, se forman una idea muy
diferente cuando han tenido trato conmigo en el antes y el después.
En algunas ocasiones, después de haber mostrado un
comportamiento irascible, soberbio, materialista y un largo etc., me han
llegado a considerar como un hombre sensato, prudente, tolerante, incapaz de desear
mal a alguien y sobre todo, más fraterno, afable. También se muestran
escépticos de mi incursión a la práctica del yoga, ejercicios de concentración,
meditación y una búsqueda de mi espiritualidad.
No falta quien considere que he enloquecido cuando
cito a mis maestros de cábala, tarot, astrología o autores de escuelas
herméticas como alquimia, la numerología, la geomancia, el gnosticismo, la metafísica
e incluso hablar de budismo, taoísmo, sintoísmo.
Dicen que cada uno habla de “cómo le fue en la
feria” y no tengo duda de que más de un idealista
o ingenuo, que llegó a reunirse semana tras semana en su logia, con el firme
propósito de cambiar su situación personal, familiar, social, laboral e incluso
económica, se resista a dejar sentir los efectos útiles de esta augusta
institución y jamás vea que se realicen los loables proyectos que le ofrecieron
antes de su iniciación.
Al verse o sentirse engañados, defraudados sólo
pueden denostar y argumentar que la Masonería, no es más que un club de Toby, en
que se sus miembros solo buscan, en una catarsis colectiva a manera de terapia grupal, desfogar
la frustración e impotencia de los intentos fallidos en alcanzar las metas y proyectos, las
desgracias que les aquejan y sólo les queda conformarse con la aparente discusión
de temas para un alivio y desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el
intercambio de conceptos filosóficos.
Para quienes han asistido a tenidas blancas o han visto
documentales de los actos que llevamos a cabo, nos catalogan como vanidosos viviendo en un mundo de fantasía y teatralidad, particularmente quienes
practicamos el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, reminiscencia de la fastuosidad
de la Orden de los Caballeros Templarios, sin más finalidad que la de conferirnos ridículos y altisonantes títulos que halagan nuestra vanidad, usar palabras en lenguaje extraño, hacernos signos y tocarnos de manera rara, todo ello con la finalidad de darle
variedad y sentido útil a la mediocridad de nuestra vida real.
La masonería reconoce, como fundamento el principio
superior el ideal, el cual es generalmente conocido por la denominación de Gran
Arquitecto del Universo. No recomienda ni combate ninguna convicción religiosa de sus miembros,
y añade que ni puede, ni debe, ni quiere poner límites, con afirmaciones
dogmáticas sobre la Causa Suprema, a las posibilidades de libre investigación
de la verdad.
Nos exige como afiliados el despertar del espíritu
producido por la curiosidad, la inquietud, eterna en el hombre, de investigar y
procurar comprender esa Causa Suprema, y por ello declara que no pueden
pertenecer a la Institución los espíritus adormecidos que no sientan tal
inquietud.
“El respeto de la masonería a todas las opiniones y
organizaciones religiosas no alcanza, sin embargo, a las exenciones,
prerrogativas y privilegios que reclaman y exigen para su existencia las
religiones. Pues que todas son para la masonería igualmente respetables, la
masonería no reconoce la necesidad de que una o alguna de ellas disfrute
preeminencias y derechos que no reconocen a las demás”[2].
A manera de conclusión, la masonería es una orden u
organización en la que se promueve los principios de igualdad, solidaridad y
libertad entre sus integrantes. Tiene por objeto el conocimiento integral del
ser humano mediante el estudio constante para alcanzar la realización personal,
la felicidad para sí y para con aquellos con los que convive cotidianamente,
para aplicar sus habilidades, aptitudes y conocimientos en mejorar a su
comunidad y por qué no, a su país.
Fraternalmente
Carlos Antonio Reyes López M:. M:.
Fraternalmente
Carlos Antonio Reyes López M:. M:.
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